Foto: Humberto Macías en el Cerro del 4 en GDL 1995 |
Su fundador vivió feliz haciendo la voluntad de su Padre (y como efecto secundario hizo enojar a los "control-freaks" de su tiempo, los fariseos)
La libertad de los hijos de Dios, de vivir contraculturalmente, y disfrutar las relaciones personales con la gene más sencilla, es (y debe ser) lo más parecido a la felicidad en esta tierra.
Yo quiero, deseo, pido, esa felicidad que los testigos de Jesús muestran en su peregrinación.
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